Creatividad y tiempo
No cabe negar que los directivos de hoy todavía se centran demasiado en los factores externos del trabajo, como el dónde y el cuándo, en lugar de incentivar la creatividad, de la cual, en la economía de la información, dependen el éxito y prosperidad de la empresa. La mayoría de los directivos no ha comprendido las profundas consecuencias de la pregunta siguiente: ¿Qué propósito tenemos al trabajar: cumplir una condena o hacer algo? A principios de la década de 1970, Les Earnest, del laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Stanford, resumía bien la respuesta dada por los hackers a esta cuestión: «Intentamos considerar a las personas no por la cantidad de tiempo desperdiciado, sino por lo conseguido durante períodos de tiempo bastante largos, como medio año o un año». […] La mentalidad de la supervisión del horario laboral trata a las personas adultas como si fueran demasiado inmaduras para hacerse cargo de sus propias vidas. Supone que son sólo unas pocas personas en una empresa dada, o un organismo gubernamental, las que han alcanzado un grado de madurez suficiente para asumir la responsabilidad por sí mismas, y que la mayoría de los adultos son incapaces de hacerlo sin la guía continua de un reducido grupo con autoridad. […] Los hackers no suscriben el lema de que «el tiempo es dinero», sino más bien el adagio de que «mi vida es mi vida». Y ahora, sin lugar a dudas, se trata de vivir nuestra vida de forma plena y no como una depauperada visión de segunda categoría.
«La ética hacker y el espíritu de la era de la información», Pekka Himanen